
Una vez asumí que pensar en mí era egoísta. Asumí que mis manos estaban hechas para dar apoyo y mis pies para caminar junto a las personas. Asumí que optar por lo más conveniente era pretencioso y hacía incómodos a los demás. Asumí que mis palabras podían herir y decidí callar. Asumí que mis acciones debían buscar el bienestar común y finalmente asumí olvidarme de mí misma.
Hoy asumo el error, asumí que el egoísmo es un mal necesario y que se repite en muchísimas personas. Asumí que no hay suficientes manos ni pies que te acompañen cuando realmente lo necesitas. Asumí que cada persona tiene sus necesidades y en base a ellas actúan. Asumí que no sólo mis palabras pueden herir y la gente no calla. Asumí que las acciones de los demás siempre buscan la satisfacción personal, asumí que la mayoría piensa en sí misma.
Hoy asumo un nuevo camino.U